El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es una afección mental que se manifiesta después de que una persona experimenta un evento traumático, como desastres naturales, accidentes graves, violencia, abuso, o situaciones de guerra. Este trastorno puede afectar gravemente la calidad de vida de quien lo padece, interfiriendo con su capacidad para llevar una vida normal. En este artículo exploraremos el TEPT, su definición, causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento.
Definición
El TEPT es un trastorno de ansiedad caracterizado por la reexperimentación de un evento traumático a través de recuerdos intrusivos, pesadillas o flashbacks. A menudo, quienes lo sufren presentan evitación de situaciones relacionadas con el trauma, hiperactivación fisiológica y alteraciones emocionales persistentes. Según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), el diagnóstico requiere la exposición a un evento traumático, con síntomas que persisten por más de un mes, causando malestar significativo en la vida cotidiana.
¿Por qué su importancia?
El TEPT afecta aproximadamente al 3.5% de la población mundial cada año, y a lo largo de la vida, se estima que entre el 7-8% de las personas lo experimentan en algún momento. La prevalencia es mayor en poblaciones expuestas a altos niveles de violencia, como veteranos de guerra, refugiados y víctimas de desastres naturales o agresiones sexuales. En países en conflicto o postconflicto, como Afganistán o Irak, la prevalencia del TEPT es significativamente mayor.
En Chile, estudios han estimado que la prevalencia de TEPT varía entre el 2% y el 4%, dependiendo de la muestra y el tipo de trauma evaluado. Chile ha sido escenario de diversos eventos traumáticos, como terremotos, tsunamis, y episodios de violencia doméstica, que incrementan el riesgo de desarrollar TEPT. Además, investigaciones han mostrado que la prevalencia del trastorno es mayor entre las personas expuestas a desastres naturales, que son comunes en el país.
Etiología y Factores de Riesgo
El TEPT tiene una etiología multifactorial, que involucra factores genéticos, neurobiológicos, y ambientales:
Factores Genéticos: Se ha observado que las personas con antecedentes familiares de trastornos psiquiátricos tienen un mayor riesgo de desarrollar TEPT. Variaciones en genes relacionados con la regulación del estrés, como el gen FKBP5, han sido implicadas.
Neurobiología: El sistema nervioso autónomo, en particular la respuesta del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA), juega un papel central en la respuesta al estrés. Las personas con TEPT pueden tener alteraciones en el funcionamiento de este sistema, lo que contribuye a una respuesta exagerada al estrés.
Factores Ambientales: La exposición a eventos traumáticos es el principal desencadenante del TEPT. La severidad, duración, y frecuencia de los traumas aumentan el riesgo de desarrollar el trastorno. Algunos de los traumas más relacionados con el TEPT son desastres naturales, situaciones de guerra, accidentes graves, violencia, abuso psicológico, físico o sexual. Además, factores como la falta de apoyo social, antecedentes de abuso infantil, y comorbilidades psiquiátricas incrementan la vulnerabilidad.
¿Qué síntomas puede presentar el Trastornos de Estrés Post Traumático?
El TEPT se manifiesta a través de cuatro grupos principales de síntomas:
Reexperimentación del trauma: Recuerdos intrusivos, pesadillas, flashbacks y malestar psicológico intenso al recordar el evento.
Evitación: Evitar personas, lugares, actividades o pensamientos que recuerdan el trauma.
Alteraciones cognitivas y emocionales: Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, sentimientos de culpa, dificultad para experimentar emociones positivas, o creencias negativas sobre uno mismo o el mundo.
Hiperactivación: Irritabilidad, dificultad para concentrarse, hipervigilancia, respuesta exagerada al sobresalto, o problemas para dormir.
¿Cómo se hace el Diagnóstico?
El diagnóstico del TEPT se basa en los criterios establecidos por el DSM-5, que incluyen la exposición a un evento traumático y la presencia de síntomas característicos (reexperimentación, evitación, alteraciones cognitivas/emocionales y síntomas de hiperactivación) por un período mayor a un mes. Sin embargo, existe el inicio retardado, es posible desarrollar síntomas del Trastorno de estrés postraumático varios meses o incluso años después.
Es fundamental realizar una evaluación clínica exhaustiva, que incluya una entrevista estructurada para identificar los síntomas y determinar el impacto funcional en la vida del paciente. Existen herramientas diagnósticas estandarizadas, como la Escala de Impacto del Evento (IES-R) y la Entrevista Clínica Estructurada para el DSM (SCID), que pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. Además, se debe evaluar la presencia de comorbilidades, como depresión o trastornos de ansiedad, que suelen coexistir con el TEPT y pueden influir en el curso del trastorno y su tratamiento.
Diagnóstico Diferencial del TEPT
El TEPT puede compartir algunos síntomas con otros trastornos psiquiátricos y médicos, por lo que es importante diferenciarlos. Además, como se mencionó, se puede presentar en comorbilidad junto a estas otras patologías:
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): Si bien ambos comparten síntomas de ansiedad, en el TAG no se requiere la presencia de un trauma específico.
Trastorno depresivo mayor: El TEPT puede confundirse con la depresión, ya que ambos presentan síntomas de alteraciones emocionales y de interés, pero el primero se relaciona con un evento traumático.
Trastorno de adaptación: A diferencia del TEPT, los síntomas del trastorno de adaptación son menos severos y no incluyen reexperimentación del trauma.
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): Los pensamientos intrusivos pueden aparecer en ambos trastornos, pero en el TOC los pensamientos están relacionados con obsesiones, no con un evento traumático.
Trastorno por estrés agudo: La duración es desde los tres primeros días, hasta que se cumple el mes.
Tratamiento del Trastorno de Estrés Post Traumático
El tratamiento del TEPT suele involucrar una combinación de psicoterapia y farmacoterapia
Sin embargo, la primera línea es la psicoterapia. Los fármacos pueden mitigar síntomas pero no sirven para tratar el cuadro propiamente tal. Los fármacos apuntan a bajar la hiperalerta, pesadillas y fenómenos de re- experimentación en general.
Psicoterapia:
Terapia Cognitivo Conductual (TCC): Es la forma de terapia más estudiada para el TEPT. Las técnicas como la exposición prolongada y la reestructuración cognitiva son particularmente efectivas.
Terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares): Es una técnica que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del TEPT al ayudar a procesar los recuerdos traumáticos.
Terapia de Exposición Prolongada: Este enfoque se centra en reducir el miedo relacionado con el trauma mediante la exposición repetida a los recuerdos y situaciones evitadas.
Tratamiento Farmacológico:
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la sertralina y paroxetina, son los medicamentos de primera línea para el tratamiento del TEPT. También se utilizan antidepresivos tricíclicos y antipsicóticos atípicos, dependiendo de la respuesta del paciente. Para ello es fundamental consultar con un profesional de psiquiatría que indique el tratamiento adecuado dependiendo de los síntomas, comorbilidades y contexto del paciente.
Tratamientos alternativos: Además de la psicoterapia y la farmacoterapia, se han explorado enfoques como la meditación y la atención plena (mindfulness), que pueden ser útiles para mejorar la regulación emocional en personas con TEPT.
El Trastorno de Estrés Postraumático es una afección mental compleja que surge a partir de la exposición a eventos traumáticos y afecta la vida diaria de quienes lo padecen. Sin embargo, es importante señalar que se puede producir por exposición a incidentes críticos (evento traumático) o debido a una exposición indirecta (trauma vicario), que podrían ser experiencias adversas en la vida del paciente. Su tratamiento requiere un enfoque integral, que combine intervenciones psicológicas y farmacológicas. Dado el impacto del trauma en diversas poblaciones, es crucial seguir investigando para mejorar las estrategias de prevención y tratamiento, especialmente en regiones vulnerables como Chile, donde los desastres naturales y la violencia son factores de riesgo prevalentes.
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Bibliografía
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Ministerio de Salud de Chile. (2018). Guía Clínica de Tratamiento del Trastorno de Estrés Postraumático. Santiago, Chile: MINSAL.
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