
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son una de las patologías infecciosas más frecuentes, afectando a personas de todas las edades, con una mayor prevalencia en mujeres debido a factores anatómicos. Estas infecciones pueden afectar distintas partes del sistema urinario, desde la uretra y la vejiga hasta los riñones, generando complicaciones potencialmente graves si no son tratadas de manera oportuna.
¿Por qué se produce una Infección Urinaria?
Las ITU ocurren cuando bacterias colonizan el tracto urinario, venciendo los mecanismos de defensa de la persona. Las bacterias entran en la uretra y llegan a la vejiga produciendo una infección (cistitis); en algunos casos pueden llegar a los riñones complicándose con una pielonefritis. Factores como alteraciones del flujo urinario, disfunción del sistema inmunológico o instrumentación urológica (ej. sonda) favorecen la infección.
El sistema urinario tiene mecanismos de defensa como el flujo continuo de orina, sustancias antimicrobianas y la mucosa protectora. Sin embargo, cuando estos mecanismos fallan, los microorganismos pueden adherirse a las paredes del tracto urinario y causar inflamación e infección.
¿Cómo se contagia una Infección Urinaria?
La mayoría de las ITU se producen por bacterias que provienen del propio cuerpo, especialmente del intestino (como Escherichia coli). Si no se eliminan con la orina, pueden multiplicarse y causar infección. Las infecciones urinarias no son enfermedades de transmisión sexual (ETS), aunque algunas actividades sexuales pueden aumentar el riesgo de desarrollarlas. El contagio ocurre principalmente cuando bacterias del ano entran en la uretra, lo que puede suceder por una higiene inadecuada o por ciertos hábitos. También pueden aparecer después de procedimientos médicos como la colocación de una sonda urinaria.
Factores de riesgo adicionales incluyen no beber suficiente agua, cambios hormonales que afectan la flora vaginal, y el uso prolongado de antibióticos que pueden alterar la flora normal, favoreciendo el sobrecrecimiento de bacterias patógenas.
Respondiendo al gran mito que se tiene con el contagio de las infecciones urinarias, NO se produce contagio por el uso de baños públicos, tampoco por el frío ni por quedarse con el traje de baño mojado.
Etiología y Causas
El principal agente etiológico es Escherichia coli (> 80% de los casos), seguido de otras bacterias como Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis y Enterococcus faecalis. Factores predisponentes incluyen:
Relaciones sexuales frecuentes (ITU post coito)
Uso de anticonceptivos como diafragmas o espermicidas
Menopausia (por cambios hormonales)
Diabetes y enfermedades que afectan el sistema inmunológico
Obstrucciones urinarias como cálculos renales o problemas de próstata
Uso prolongado de sondas urinarias
No beber suficiente agua o retener la orina por mucho tiempo
Clasificación de las Infecciones Urinarias
ITU no complicada: En mujer con tracto urinario normal y sin alteraciones de la defensa sistémica o local (es decir, sin factores de riesgo para ITU complicada) y está causada por microorganismos típicos (E. coli).
Pielonefritis Aguda (PNA): La infección afecta a los riñones produciendo fiebre, dolor lumbar y malestar general.
ITU recurrente: Nueva ITU que aparece después del tratamiento antibacteriano, debido a la persistencia de la bacteria en el tracto urinario. Los síntomas aparecen antes de 2 semanas de finalizado el tratamiento previo y se aísla el mismo agente.
ITU recidivante (re-infección): Producida por una nueva bacteria que alcanza el tracto urinario. Se diagnostica si los síntomas se producen después de 2 semanas de finalizar el tratamiento previo.
ITU complicada: Se considera infección complicada a todo cuadro infeccioso que ocurre en:
ITU en el hombre
ITU con alteraciones anatómicas o funcionales que impide/obstruye el flujo urinario
ITU en la mujer embarazada
ITU por agentes infecciosos atípicos.
ITU en pacientes con mecanismos de defensa locales o sistémicos alterados (ej: inmunosuprimidos, DM).
Síntomas de la Infección Urinaria
Las manifestaciones varían según la localización de la infección:
Cistitis (infección de la vejiga): ardor al orinar (disuria), necesidad frecuente de ir al baño (polaquiuria), dolor en la parte baja del abdomen, sensación persistente de necesitar evacuar los a pesar de haberlo hecho recientemente (tenesmo vesical)
Pielonefritis (infección del riñón): fiebre alta, escalofríos, dolor en la espalda o en los costados, náuseas y vómitos.
En personas mayores, los síntomas pueden ser más sutiles, incluyendo cambios en el estado mental como confusión, fatiga o incontinencia urinaria repentina.
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¿Cómo se Diagnostica la Infección Urinaria?
El diagnóstico de ITU se basa en la presentación de los síntomas mencionados y además en la alteración de exámenes de laboratorio:
Tira reactiva urinaria: prueba rápida que detecta signos de infección en la orina.
Análisis muestra de orina (Orina completa): indica la presencia de inflamación (leucocitos), signos indirectos de infección (nitritos) y en algunos casos puede haber presencia de sangre en la orina (micro o macrohematuria)
Urocultivo: identifica la bacteria causante y ayuda a elegir el antibiótico adecuado.
Ecografía o tomografía: en casos complicados, para descartar problemas en los riñones o la vejiga.
Análisis de sangre: si la infección es grave, para evaluar el estado general del paciente.
Bacteriuria Asintomática
La Bacteriuria Asintomática es un estado en el cual existe evidencia de colonización en la vía urinaria, es decir, un Urocultivo positivo, sin embargo no existen síntomas asociados a esa colonización. ¿Cuándo se da tratamiento a la bacteriuria asintomática? La bacteriuria asintomática no requiere tratamiento en la mayoría de los casos. Se debe tratar en casos específicos como:
Embarazadas
Previo a procedimiento urológico invasivo
Trasplante renal precoz
¿Cuál es el tratamiento de la Infección Urinaria?
El tratamiento de una infección urinaria (ITU) consiste en la toma de antibióticos los cuales deben ser recetados por un médico. También se pueden tomar medicamentos para aliviar los síntomas.
Recomendaciones generales: beber suficiente agua, evitar irritantes como café y alcohol. En caso de muchos síntomas se puede utilizar antiespasmódicos como Flavoxato/Bladuril.
Antibióticos: Nitrofurantoína, Cefalosporinas de primera y segunda generaciones, Amoxicilina/ácido clavulánico, Quinolonas, Ciprofloxacino, Cotrimoxazol. En las mujeres la duración del tratamiento suele ser de 3 días.
En casos graves (pielonefritis o infecciones complicadas): pueden requerir antibióticos más fuertes y por más días como 7-14 días e incluso hospitalización.
Cómo Prevenir las Infecciones Urinarias
Las ITU recidivantes frecuentemente aparecen como cistitis no complicadas. Algunas medidas para reducir la aparición son:
Métodos no farmacológicos:
Aumentar la ingesta de líquidos (al menos 2 litros al día).
Orinar apenas aparezca el deseo, regularmente cada 2-3 h, antes de acostarse, y después del coito.
Limpiar la zona íntima de adelante hacia atrás
Usar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas
Evitar el uso de desodorantes íntimos, diafragma y espermicidas vaginales.
Consumo diario de arándanos rojos.
Métodos farmacológicos:
Aplicar productos vaginales con Lactobacillus.
Crema vaginal con estrógenos (postmenopausia).
Inmunoprofilaxis (vacuna) con extracto liofilizado de E. coli.
Normas de prevención de ITU en casos de sondaje vesical.
Tratamiento antimicrobiano profiláctico
Tratamiento cuando aparecen síntomas, decisión tomada por la propia mujer.
Tomar antibióticos en dosis bajas de forma contínua.
Tomar una dosis única de antibiótico después de las relaciones sexuales cuando la ITU se relaciona con la actividad sexual.
Las infecciones urinarias pueden ser molestas, pero con prevención y tratamiento adecuado, la mayoría de las personas se recuperan sin problemas. Ante cualquier síntoma, lo mejor es consultar a un médico para recibir el diagnóstico y tratamiento correctos.
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