La obesidad y el sobrepeso son problemas de salud pública de gran magnitud a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que su prevalencia se ha triplicado en los últimos 50 años, afectando tanto a adultos como a niños. En Chile, la situación es igualmente preocupante, con una de las tasas de obesidad más altas de América Latina, llegando en la actualidad a prevalencia de casi el 80% de la población, planteando serios desafíos para el sistema de salud. Es importante entender esta entidad como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial y que es resultado de la interacción entre factores genéticos, ambientales y conductuales. La importancia de su manejo no solo es importante por su asociación con el aumento de riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, si no porque se ha visto una reducción en la calidad de vida de estas personas e incluso su esperanza de vida.
El manejo integral de la obesidad y el sobrepeso requiere un enfoque multidisciplinario que aborde tanto la nutrición, la actividad física, el sueño y los factores emocionales, como el uso de farmacoterapia o incluso la cirugía en casos más severos. Entender esta patología desde una perspectiva holística es clave para ofrecer soluciones efectivas y sostenibles en el tiempo. A continuación, se desarrollan las 3 alternativas para el manejo del exceso de peso, sabiendo que la primera de ella es transversal a todo tratamiento: cambios de estilo de vida, fármacos y cirugía metabólica.
¿Qué cambios de estilos de vida deben priorizarse?
Alimentación en la Obesidad
En relación a la alimentación, la evidencia respalda que la asociación con un hábito alimentario saludable y la actividad física son buenos predictores de la pérdida de peso. Asimismo, un estudio observacional prospectivo relaciona una mayor pérdida de peso en individuos que adhieren a patrones dietéticos mediterráneos (Obesity Surgery, 30(2), 687–696). Así, se recomienda lograr una alimentación balanceada, idealmente basada en plantas, donde se prioriza el consumo de vegetales y frutas de la estación, el consumo de fibra a través de legumbres y granos enteros, frutos secos, aceites vegetales y el consumo de proteína de origen vegetal por sobre la animal, sin necesariamente excluir la carne, sin embargo reduciendo su consumo, sobre todo de carnes rojas.
Actividad Física
La actividad física es otro de los pilares fundamentales. Existen recomendaciones de actividad física saludable bien definidas para todas las poblaciones, las cuales para adultos, se resumen en: Actividad física 150 minutos semanales, de intensidad al menos moderada, lo cual puede dividirse en diferentes sesiones en una semana. Sin embargo, la evidencia ha demostrado que en personas inactivas físicamente o sedentarias, lo importante es aumentar el movimiento diario, lo que se puede lograr por ejemplo, a través del aumento de pasos diarios, idealmente con un mínimo de 7000-10000 pasos al día. Por último es necesario mencionar, que si se está iniciando la actividad física, no importa que no se cumplan los minutos/semana estipulados, ya que incluso 5-10 minutos al día de actividad física de intensidad moderada, suman para iniciar el cambio de hábitos y aportar al control metabólico y del peso.
Sueño Saludable
Por último, el hábito de un buen dormir es otro de los pilares fundamentales, dada su relación directa con el control del apetito, afectando la ingesta hedónica de alimentos, donde el déficit de sueño o una mala calidad de éste se ha asociado a un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos y ultraprocesados que aportan en el aumento de peso y alteran el control metabólico.
Medicamentos para bajar de peso: ¿En quién están indicados?
En la última década, diferentes estudios han evidenciado que, junto con cambios de estilos de vida y estrategias conductuales, la adición de farmacoterapia es una alternativa efectiva para el manejo del sobrepeso/obesidad con criterios específicos, lo cuales se muestran a continuación:
Personas con IMC ≥ 30
Personas con IMC ≥ 27 + enfermedades asociadas al exceso de peso
Personas con obesidad que hayan intentado disminuir su peso, a través de intervenciones conductuales y cambios de estilos de vida reales, por 3 meses, sin resultados positivos.
Si bien, estos criterios son rígidos, se debe evaluar caso a caso la necesidad de adicionar farmacoterapia en personas que no los cumplan, o al revés, limitar su uso en personas que cumplan con los criterios, que sin embargo, presenten contraindicaciones de otras esferas.
Actualmente, existen cinco fármacos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para el tratamiento a largo plazo de la obesidad: orlistat, la combinación fentermina/topiramato, liraglutide 3.0 mg/día, naltrexona/bupropión, semaglutide 2.4 mg/semana y tirzepatide 15 mg/semana, de los cuales algunos se encuentran disponibles en Chile. Así, existen fármacos que logran desde un 2% a un 20% de pérdida de peso, según diferentes fuentes, lo que permite una elección farmacológica de acuerdo a metas.
Sin embargo, existen múltiples esquemas y combinaciones que deben indicarse por un médico especialista en nutrición, dado que cada fármaco cuenta con una diferente vía de acción, potencia, horarios de administración, entre otros factores que deben ser considerados en su elección para cada persona según sus enfermedades asociadas, su patrón alimenticio y sus objetivos, por lo que no todos los fármacos son efectivos en todas las personas.
Cirugía Bariátrica/Metabólica: ¿Es una opción para todos/as?
La cirugía metabólica se ha convertido en uno de los tratamientos más efectivos para la obesidad severa y sus comorbilidades en pacientes debidamente seleccionados. El mecanismo a través del cual la cirugía permite disminuir el peso varía de acuerdo a la técnica quirúrgica, existiendo mecanismos malabsortivos (disminución de la absorción de micro y macronutrientes), restrictivos (disminución de la capacidad de alimentación) y mixtos. Entre las cirugías más comunes y realizadas en Chile se encuentran el bypass gástrico y la gastrectomía vertical o manga gástrica, las cuales presentan diferentes indicaciones de acuerdo al paciente, su estado nutricional y las comorbilidades asociadas.
Al igual que para la farmacoterapia, existen criterios específicos para la indicación de cirugía, que deben ser evaluados de forma individualizada, los cuales son:
Personas con IMC ≥ 40
Personas con IMC ≥ 35 + comorbilidades metabólicas asociadas a la obesidad (DM2, enfermedades cardiovasculares, síndrome de apnea e hipopnea obstructiva del sueño o SAHOS, entre otras)
Estos criterios deben ser sopesados dentro de un proceso de evaluación integral y exhaustiva prequirúrgica, donde los pilares de salud mental, alimentación, actividad física y manejo de comorbilidades deben estar controlados y si existen alteraciones, manejarlas y mantener un seguimiento estricto por los equipos de salud respectivos, como son los equipos de salud mental (psiquiatría y psicología), nutrición (nutriología y nutrición clínica), medicina deportiva y otras especialidades de ser necesario.
En conclusión, el enfrentamiento de esta patología debe ser multifactorial, siempre centrado en cada persona, integrando todos los pilares de la vida de ésta involucrados, como son el patrón alimentario, la actividad física, el hábito del sueño y estrés, entre muchos otros aspectos, para poder determinar la mejor estrategia terapéutica. Si bien es la persona con sobrepeso u obesidad el centro de acción, no se debe olvidar nunca que las personas están insertas en un sistema familiar y social los cuales deben considerar siempre para tomar las decisiones adecuadas al contexto de cada una.
Te invitamos a conocer nuestro equipo multidisciplinario en One Health, donde te evaluaremos de forma integral para lograr un manejo adecuado del exceso de peso y sus comorbilidades asociadas.
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